Limpieza y cuidados de la cerámica después de su colocación

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Usar los productos adecuados y empezar eliminando todos los restos de obra y polvo, claves para obtener un buen resultado

La limpieza y los cuidados de la cerámica en el día a día son simples, pero la primera vez después de su colocación, requerirá un poco más de tiempo. La cerámica es uno de los materiales de construcción estrella gracias a su versatilidad y a la facilidad de mantenimiento. Sin embargo, aún son muchas las personas que tienen dudas a la hora de llevar a cabo la limpieza inicial, tanto si ha sido una reforma en una vivienda como una construcción. La propia naturaleza resistente del material hace que su limpieza inicial sea mucho más sencilla de lo que podemos pensar.

Eliminar totalmente el polvo es siempre el punto de partida. ¿Cómo lo hacemos?

Dependerá de la cantidad de polvo que tengamos y del equipamiento disponible:  si tenemos una aspiradora potente, será perfecta para esta limpieza inicial. Si no, será mejor utilizar un paño humedecido para ir eliminando todo el polvo.

Además, recuerda que es normal que el polvo de la obra siga apareciendo incluso después de esta primera limpieza. Si vas a utilizar paños, es importante renovarlos constantemente para garantizar que siempre eliminamos el polvo con utensilios limpios.

El primer paso es realizar una inspección visual inicial de la zona que vamos a limpiar. ¿Quedan restos de obra? ¿Hay alguna zona especialmente sucia? ¿Hay restos de lechada en las juntas de los azulejos? Esta primera inspección nos permitirá tener una idea mucho más clara de cómo acometer el proceso de limpieza.

Con el polvo ya eliminado de nuestra cerámica, es el momento de llevar a cabo la primera limpieza con agua y jabón neutro, sin necesidad de utilizar productos especializados. Con otro paño humedecido con agua limpia eliminaremos todos los restos de jabón. Si podemos ventilar la estancia, el tiempo de secado siempre será menor.

Si nos encontramos con restos de material de rejunte entre los azulejos, sí que deberemos recurrir a productos de limpieza especializados. Busca un jabón específico para eliminar el cemento que se adapte a la cerámica que has elegido y podrás eliminar todos los restos de material que quedaban.

Una vez hemos eliminado el polvo, realizado una primera limpieza y nos hemos deshecho de todos los restos de cemento, ya podemos limpiar el pavimento y el revestimiento cerámico con el producto habitual.

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