La cerámica que imita materiales naturales reproduce con fidelidad todos sus detalles con las ventajas del porcelánico.
La madera, la piedra natural y otras más refinadas como el mármol son especialmente apreciadas en el sector del interiorismo y de la arquitectura. Es por ello que, desde el sector cerámico, han dedicado tanto tiempo en investigar en detalle su diseño. Hoy en día, la cerámica consigue trasladar estos materiales en tendencia de una forma tan fiel que casi parecen el material original. Veamos algunas de sus ventajas técnicas y estéticas.
En primer lugar, la cerámica es extremadamente resistente, algo que no siempre se aplica a los materiales naturales. Un claro ejemplo es el mármol, que puede rayarse con relativa facilidad si no vamos con cuidado. Lo mismo pasa con la madera, que es más sensible a los arañazos o los golpes y se pueden quedar marcas en su superficie.
El mantenimiento también es otro punto importante a tener en cuenta. Los pavimentos y revestimientos de materiales naturales requieren de tratamientos más constantes y exhaustivos. Es por ejemplo el caso de la madera, que para conservar su aspecto y mejorar su resistencia necesita barniz o aceite cada dos años, así como productos de limpieza especiales.
La piedra natural más porosa también requiere de tratamientos como la saturación del poro antes de poder utilizarse. Con la cerámica, tan solo te tendrás que preocupar de no utilizar métodos y productos de limpieza agresivos. ¡Con agua caliente y un paño basta para que estén como el primer día!
Pero uno de los puntos más fuertes de la cerámica es el aspecto. Los caprichosos diseños de la naturaleza pueden trasladarse hoy en día a la cerámica con todo lujo de detalles. Por un lado, el amplio abanico de colores es tan grande que permite reproducir piedras y maderas de todo tipo de colores: gris, negro, blanco, beige, marrones… en tonalidades más frías o cálidas. Los diferentes aspectos naturales que recrea la cerámica van más allá gracias a los patrones que se pueden grabar en la baldosa, de tipo geométrico o floral.
En lo táctil, los azulejos cerámicos también han evolucionado y ofrecen texturas que recuerdan al grano fino de la piedra o al relieve de la madera. Gracias a este relieve podemos conseguir formas innovadoras para piezas más contemporáneas, como las ondulaciones propias de las dunas.
Además, esta textura nos permite reforzar las colecciones de porcelánico con altas prestaciones antideslizantes. Nuestras colecciones con acabado SLIP-STOP responden al doble desafío de lograr espacios bellos y antideslizantes gracias a una textura suave y fácil de limpiar, sin necesidad de mantenimiento adicional.
Por último, los formatos también permiten múltiples juegos visuales que refuerzan el diseño natural de la pieza final. Podemos encontrar pequeños formatos cuadrados que evocan a piedras pequeñas, azulejos tipo madera más alargados o más amplios para cubrir de distinta forma las superficies… Así como formas de colocación tan variadas como en espiga o tipo metro.
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